SONETO FAREWELL
Cuando por fin me he dado por vencida,
regresas, con osada cobardía,
junto a esa tenebrosa cofradía
que reclama tributos de mi herida.
Aún no entiendes que hoy toda mi vida
es una habitación obscura y fría,
del silencio, gastada letanía,
llanto seco de amarga despedida.
Volver a mí no puedes y lo sabes,
depón ya tu insistencia obstinada;
te ruego que con esta farsa acabes.
Aunque mi alma naufrague desolada,
en mi vacua existencia tú no cabes;
has muerto para mí, ya no eres nada.
SONETO LEJANA
Amas mi libertad y rebeldía,
mi mirada lejana y siempre ausente,
mas quieres atraparme en el presente
y yo tan sólo soy melancolía.
Yo sé que, en tu visión, me crees fría
y me juzgas con los trucos de la mente;
que mi alma no demuestre lo que siente,
no vuelve menos cierta mi agonía.
Mas debo confesar, así es la vida
y la mía quedó en el pasado,
empantanada, a obscuras y perdida.
Bajo mares de llanto derramado,
sin poder encontrar otra salida,
lo que alguna vez fui he sepultado.
SONETO ABISMO DE PASIÓN
Abismo de pasión hay en mi pecho,
que sin quererlo todo lo devora
cual fuego, que con furia arrasadora,
sólo deja cenizas en el lecho.
Entre amor y pasión hay largo trecho,
más su alquimia es por igual embriagadora;
puede ser la pasión tan cegadora
como lo es el amor en el despecho.
Potente magnetismo, imán que atrae
y abisma a la razón, que confundida,
en su trampa mortal, a veces cae.
Negándose a buscar una salida,
con falsas esperanzas se distrae;
mas no podrá evitar la despedida.
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