
Caminando por las calles de Madrid en un fresco día de otoño, el aire está impregnado de la fragancia de las hojas caídas y el murmullo de la ciudad.
Me encuentro en la Calle del Pez, en el antiguo Barrio de las Maravillas, (hoy en día, Malasaña). Una ráfaga fría me entumece, enciendo un cigarrillo y busco refugio en un bar cercano.
Al doblar la esquina, mi mirada se detiene en una placa que brilla entre las sombras y la luz tenue del amanecer, saco mi teléfono para capturar ese instante; e un homenaje a una figura monumental de la literatura española: Rosalía de Castro. Pienso, al recordar su legado, que esta gran mujer rompió barreras con su pluma, cuyo corazón ardía por su tierra y su gente.
Nacida en Santiago de Compostela el 24 de febrero de 1837, bajo el nombre de María Rosalía Rita, hija de madre soltera y padre clérigo. Pasa su infancia cerca de Santiago, al cuidado de una tía paterna.
A los diecisiete años vive con su madre en Santiago, acudiendo a la Sociedad Económica de Amigos del País, donde estudia, francés, dibujo y música; frecuentando el Liceo de la Juventud, donde participa en las actividades literarias.
En 1856 se traslada a Madrid, huyendo del estigma de ser hija de un sacerdote, viviendo en la Calle de la Ballesta N°15. Aquí conoce a Manuel Martínez Murguía, escritor gallego, con quien contrae matrimonio. No fue el mejor matrimonio, pues las estrecheces económicas y el carácter melancólico de Rosalía hicieron que el matrimonio se uniera más en lo profesional que en lo amoroso. Murguía fue su principal patrocinador, la animó a escribir y custodió su vocación.
Siente nostalgia por su Galicia, y recordando su cultura, decide darle voz: influenciada por su entorno y su propia experiencia, como mujer gallega utiliza la poesía para reflejar la belleza y dificultades de su tierra.
Es así como nace en 1857, su primera obra La flor, un canto a la belleza y a las luchas del alma femenina.
Cuando miré de soledad vestida la senda que el destino me trazó,
sentí en un punto aniquilar mi vida.
¡Cuando infeliz me contemplé perdida y el árbol de mi fe se desgajó,
tuvieron ¡ay!, para llorar mis ojos de amargura y de hielo tristes despojos!
Después de La Flor, Rosalía de Castro continuó escribiendo y publicando varias obras importantes. Algunas de sus obras más destacadas incluyen:
- Cantares Gallegos (1863)
Esta es una de sus obras más emblemáticas, donde reafirma su compromiso con la lengua gallega y la cultura de Galicia. Es una colección de poemas que celebra la vida rural y las tradiciones gallegas.
- Follas Novas (Hojas Nuevas) (1880)
En esta obra explora temas más personales y profundos, como la melancolía, el amor, la muerte, la naturaleza… Es considerada una de sus mejores colecciones poéticas.
- El caballero de las botas azules (1867)
Una novela que mezcla elementos del romanticismo y el costumbrismo, reflejando la realidad social de su tiempo.
- A las orillas del Sar (1884)
Colección de poemas en castellano: es considerada una de las cumbres de la poesía lírica en lengua española del siglo XIX. Allí muestra su madurez poética y su capacidad para transmitir emociones profundas.
Aclamada por su talento, también tuvo que lidiar con el machismo de la época, que a menudo minimizaba la voz femenina en la literatura. Su vida estuvo marcada por el sufrimiento personal, incluyendo la pérdida de varios hijos, lo que influyó en su obra poética.
Esta gran poeta deja el mundo terrenal, donde tuvo una vida difícil entre el abandono, la pobreza y una mala salud; fue la madre del Rexurdimento, dejando un vacío eterno, y se despidió a sus 48 años un 15 de julio de 1885.
En el año 1979, el gobierno español honra su nombre acuñando con su efigie el billete de 500 pesetas, (retirado de circulación en 1990).
Rosalía dejó un legado duradero en la literatura española y gallega, siendo considerada una pionera del movimiento literario en Galicia y una voz fundamental en la historia de la literatura.
Fue una pionera que dejó huella en cada verso escrito con amor y pasión por Galicia y sus tradiciones. En ese momento, entre el frío del otoño y el calor de sus palabras, siento que he encontrado un pedazo de historia que me conecta con el pasado romántico de mi amada España.
Esas calles que parecen tan ordinarias se transforman en un escenario donde las letras cobran vida y donde cada rincón tiene una historia que contar. Y así, entre recuerdos y poesía, continúo mi paseo por Madrid, llevando conmigo el espíritu indomable de Rosalía de Castro.
Negra Sombra
Cando penso que te fuches
negra sombra que me asombras,
ó pe dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida
no mesmo sol te me amostras
i eres a estrela que brila
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas
si choran, es ti que choras
i es o marmurio do río
i es a noite, i es a aurora.
En todo estás e ti es todo
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.1
- Biblioteca Nacional de España.
- -www.rah/biografía/rosaliadecastro. Real Academia De La Historia.
- Instituto Miguel de Cervantes.
- Imperio Numismático.
- Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
a los pies de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en m misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras. ↩︎
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