Pilar de Valderrama: La musa detrás de la poesía de Machado.

"No hallaréis en mis versos canto amoroso,
ni pasionales gritos de amor y celos;
ni veréis en mis alas brillar el oro
aunque hasta el sol brillante lleguen mis vuelos.
Las notas de mi lira son apagadas;
para que se perciban sus vibraciones 
no he de ahogarlas con frases apasionadas,
y a su tono acordadas van mis canciones 
[...]

— ¿Lo has leído? – Me pregunto.
— Nunca – Me respondo.

Inmediatamente se crispa mi curiosidad ante aquellas frases. Sin siquiera pensarlo, traspaso la puerta giratoria del Instituto Cervantes. En un giro me envuelve un salón de mármol blanco, con olor a incienso, de papel, a reliquias, a pasado. Respiro ese pasado escondido entre sus grandes paredes, subo tres escalones y allí, en un gran espacio decorado con varias vitrinas se guardan libros, cuadernos y cartas, escritos por la propia mano de aquel ser a quien nunca había leído. Mis ojos se deleitan contemplando estos manuscritos. Sobre ellos, en las paredes, veo el rostro de una mujer: es Pilar de Valderrama, una gran poetisa y dramaturga. Siento cómo me cautiva cada una de sus confesiones, -aunque encerradas en caja de madera y vidrio-, y me deleita la placidez de sus letras.

Es así mi primer encuentro con esta diosa, Pilar de Valderrama Alday, nacida en Madrid el 27 de septiembre de 1889 y fallecida en Madrid el 15 de octubre de 1979. Se casó muy joven con el Ingeniero Rafael Martínez, de cuya unión nacieron tres hijos.  

Pilar de Valderrama, también conocida como «Guiomar», -como la llamaba Antonio Machado en su poesía-, fue una figura importante en la vida del poeta. A pesar de ser reconocida principalmente por su relación con Machado, Pilar también fue una escritora talentosa. Se publicó recientemente Las Palabras de un Secreto (1), donde encontramos los poemas El Infinito Afán, Sinceridad, La fuente de un amor, Testamento de un amor imposible, El mar que amo, La sombra de Guiomar, Evocación, Los ocasos dorados, Los que quedan, Me llamaban rara, (de 1928 a 1939) Dolor y gozo (1949), el libro Las piedras de Horeb (1923)…

A partir del año 1929 y 1930, en su domicilio Del Paseo del Pintor Rosales, con la colaboración del escultor Victorio Macho y del escritor y director Humberto Pérez de la Ossa y la actuación de sus tres hijos y otros jóvenes amigos, inician las representaciones en lo que llamaron El Teatro Íntimo Fantasio, donde se representó la obra de Jacinto Benavente, El Príncipe que Todo lo Aprendió en los Libros, (1929), al cual asistió muy complacido el Premio Nobel de Literatura.

Pilar fue autora de varias obras de teatro, mas sólo publicó El Tercer Mundo. Diez años después, su hija Alicia realizó una lectura pública de otra de sus obras: La Vida que no se Vive, así como también su obra inédita El Sueño de las Tres Princesas, (1929).

Fue miembro del Lyceum Club Femenino, donde se reunían intelectuales y artistas.

En 1930 fue nombrada Miembro de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz.

Sus obras reflejan su sensibilidad y su perspectiva única sobre la vida, el amor, la pérdida, el silencio…

Como vemos, la vida de Pilar estuvo inmersa en círculos literarios y artísticos de la época, lo que seguramente influyó en su obra. Su visión probablemente estuvo marcada por su propia experiencia personal y por el contexto cultural en el que vivió.

En sus obras utiliza la poesía como medio para expresar sus pensamientos y emociones, reflejando su sensibilidad y su profunda capacidad para transmitir significados a través de la palabra.

Su relación con Machado también tuvo un impacto significativo en cómo se percibieron ambos autores: muchos críticos literarios han analizado la influencia de Pilar en la poesía de Machado, lo que a su vez ha arrojado luz sobre la propia perspectiva literaria de Pilar.

La relación entre Antonio Machado y Pilar de Valderrama fue una parte importante de la vida del poeta. Se conocieron en 1912 en Soria, donde Machado ejercía como profesor, y su relación floreció a lo largo de los años. A pesar de que su amor fue intenso, su relación enfrentó dificultades, incluyendo las circunstancias políticas y sociales de la época. Tras la muerte de su esposa Leonor en 1912, Machado vivió un período de profundo dolor, y fue durante este tiempo que conoció a Pilar.

Pilar, quien era una mujer culta e inteligente, inspiró muchos de los poemas más conocidos de Machado, como Campos de Castilla.

En su poema A orillas del gran silencio, en su nostálgica tristeza busca en Dios la respuesta de su amada.

¿Mi corazón se ha dormido?
Colmenares de mis sueños,
¿ya no labráis? ¿Está seca
la noria del pensamiento,
los cangilones vacíos,
girando, de sombra llenos?
No; mi corazón no duerme.
Está despierto, despierto.
Ni duerme ni sueña; mira,
los claros ojos abiertos,
señas lejanas y escucha
a orillas del gran silencio.

A pesar de las dificultades que enfrentaron, sus vidas estuvieron marcadas por la tragedia: Machado falleció prematuramente en 1939, lo que afectó profundamente a Pilar. Ella se encontraba lejos de su gran amor platónico en ese momento. Así también la muerte prematura de su hijo: su amor y pérdida se reflejan en algunos de los poemas más conmovedores de la poetisa, dejando una huella imborrable en la poesía española.

La historia de amor entre Antonio Machado y Pilar de Valderrama ha sido documentada en cartas, poemas y testimonios de amigos cercanos. Su influencia mutua es innegable, y su relación continúa siendo un tema apasionante para quienes estudian la vida y obra de los poetas.

Es solo hasta 1981 que se despeja la duda: esta relación que traspasó lo meramente poético, se convierte en realidad: la autobiografía Sí, soy Guiomar. Memorias de mi Vida, rompe el misterio, publicado post mortem. Ella, la musa, la mujer de carne y hueso, la que amó y fue amada, la de Canciones a Guiomar no era poesía: era musa, mujer, poetisa, diosa y belleza; honor que correspondió a su nieta Alicia Viladomat 

De mar a mar entre los dos la guerra,
más honda que la mar. En mi parterre,
miro a la mar que el horizonte cierra.
Tú asomada, Guiomar, a un finisterre,
miras hacia otra mar, la mar de España
que Camoens cantara, tenebrosa.
Acaso a ti mi ausencia te acompaña.
A mí me duele tu recuerdo, diosa.
La guerra dio al amor el tajo fuerte.
Y es la total angustia de la muerte,
con la sombra infecunda de tu llama
y la soñada miel de amor tardío,
y la flor imposible de la rama
que ha sentido del hacha el corte frío.”
                Antonio Machado 

“Este dolor y gozo que he sentido
es fiel reflejo de mi extraño amor:
que es un placer con mezcla de dolor
y es un dolor que lleva al gozo unido.
Yo hubiera en el momento aquel querido
arrojarme en sus brazos sin temor,
y del dolor y gozo en el temblor
sobre su corazón haber gemido.
Llanto a un tiempo de pena y de alegría:
pena, porque en el alma me dolía
esa culpa de amor que cometí;
gozo, porque en la misma culpa mía
mi feminidad toda le ofrecía,
y con dolor y gozo se la di.”

De Mar a Mar
Pilar de Valderrama- 

DE VALDERRAMA, Pilar; Las Palabras de un Secreto; Gabinete Bibliográfico, 1889-1930; Instituto Cervantes; 2023; Madrid, España.

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Una respuesta a «Pilar de Valderrama: La musa detrás de la poesía de Machado.»
  1. Avatar de barrufet4

    ¡Magistral! 👏👏

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