La ironía como recurso literario: Jane Austen

“Jane Austen nunca falla, y hay muy pocas o nadie, como ella”
 -Edith Wharton-.

Jane Austen es una de las autoras más famosas de la literatura inglesa, y sus obras han sido objeto de estudio y admiración durante siglos. Sin embargo, ¿qué sabemos realmente sobre su vida y su proceso creativo? 

Nacida el 16 de diciembre de 1775, fue la primera autora que dio a la novela un carácter moderno a través de su tratamiento de la gente común en la vida real. Ya desde niña, Jane Austen escribía relatos y alguna que otra farsa para entretener a su familia y en el último lustro del siglo XVIII había completado las primeras versiones de tres novelas: Elinor and Marianne (que se convertiría en Sense and Sensibility), First Impressions (hoy Pride and Prejudice) y Susan (más conocida como Northanger Abby).

A pesar de que su vida y su carrera coincidieron con el Romanticismo en Inglaterra, no podría decirse que su obra es romántica, pues en muy pocas cosas parece coincidir con ese movimiento artístico. Cierto que en su obra se percibe cierta apreciación por la naturaleza, pero no se muestra partidaria de la abierta rebelión contra las restricciones sociales en favor de la manifestación del sentimiento, las emociones y las ideas del artista. La escritora parece recomendar más bien un punto medio, un balance entre las demandas de la convivencia social sin renunciar totalmente a las demandas y principios personales. Esto la acerca más al racionalismo del siglo XVIII, del que es heredera. 

Austen creó uno de los protagonistas masculinos que ha enamorado a sus lectoras en todo el mundo: Mr. Darcy, uno de los personajes principales de «Orgullo y Prejuicio». Es por sus historias que la vida amorosa de la escritora ha causado curiosidad; sobre todo, al no haberse casado. Es más: para muchos, las novelas de Jane Austen solo tratan de mujeres que buscan casarse. Es una manera muy sencilla de resumirlas. Cierto, innegablemente, ése parece ser el tema principal; subrayo el «parece», pues sus protagonistas siempre alcanzan un final feliz. Sin embargo, si se extrae una conclusión así, sólo se toca la superficie, dejando de lado la perspectiva del cómo y por qué planteó esa temática. No menos importante es que logró todo esto utilizando un tono de humor en el que destaca el empleo de la ironía.

En su época, la única manera “digna” de sostenerse económicamente para las mujeres de la gentry 1 era conseguir marido. Igualmente regía todo un conjunto de reglas de convivencia social que constreñían el comportamiento. En las novelas de Austen se reflejan las ventajas y desventajas, las barreras, las hipocresías, los caprichos y muchas debilidades humanas en la interacción de ese grupo social, que podían chocar con las convicciones individuales y generar dilemas que podrían calificarse como éticos.

Por las escasas reflexiones que Jane Austen llegó a comunicar respecto a su actividad literaria, dejó en claro que no se dedicaba a los “grandes temas” de su tiempo, sino más bien a lo cotidiano. Así, por ejemplo, ante la insistencia de James Stainer Clarke, bibliotecario del príncipe Regente, de que escribiera algo de otro género, respondió:

«… estoy plenamente consciente de que un romance histórico… podría ser de mucho más provecho en cuanto a ganancias o popularidad que los relatos de la vida doméstica en poblados rurales como los que trato, pero no podría escribir un romance como tampoco un poema épico… No, debo mantener mi propio estilo y seguir mi propio camino…» 2

«…debo mantener mi propio estilo y seguir mi propio camino…» Jane Austen
«…debo mantener mi propio estilo y seguir mi propio camino…» Jane Austen

Aunque no haya sido la primera de las escritoras en dar preeminencia a las voces femeninas en sus historias, lo hace de una manera convincente como nunca antes. He ahí una de sus más importantes características de estilo: el realismo que trata de reflejar a los personajes y los acontecimientos, pero con un tono en particular, de comedia; no en vano manifestó su interés en reírse de «mí o de los demás». Así pues, aunque nunca haya mencionado la palabra “ironía” o el calificativo “irónico” respecto a sus propios escritos, se infiere que es la motivación tras esa risa: el ojo crítico dispuesto a exponer con agudeza los defectos y debilidades.

También compete señalar otro elemento de configuración importante: la evolución de la narrativa. En el siglo XVIII, muchas novelas se escribían en forma epistolar. Las historias se contaban en forma de cartas, y por tanto en primera persona. De ahí un salto cualitativo de Austen respecto a sus antecesores, y que legó a generaciones posteriores de novelistas. Además, lo logró al presentar una voz narradora segura y equilibrada al contar sus historias, sin que estorbe o interrumpa de manera patente o flagrante. De esta manera, deja a los lectores en entera libertad de decidir y aceptar la moraleja que hay en sus novelas. Sus opiniones -más bien- las vierte de manera oblicua a través de la ironía. Destaca un hábil manejo de la polifonía de las voces, pues cada personaje y la voz narradora resultan muy distintivos. Esa caracterización de personajes se convierte en uno de los fuertes de la escritora, pues resultan muy reales para el lector. Contrario a lo que se pudiera suponer, no abunda en las descripciones físicas ni de personajes ni de lugares o ubicaciones, pues se concentra más bien en la personalidad, el carácter, el temperamento o la actitud de sus personajes. Por ejemplo, tenemos la descripción del padre de la protagonista en Persuasion:

«Vanity was the beginning and the end of Sir Wallet Elliot´s character; vanity of person of situation. He had been remarkably handsome in his youth; and, at fifty-four, was still a very fine man… » 3

«La vanidad era el principio y el fin del carácter de Sir Wallet Elliot; vanidad de persona; vanidad de persona y de situación. Había sido notablemente atractivo en su juventud; y, a sus cincuenta y cuatro años, seguía siendo un hombre muy apuesto… »

Se trata de un retrato de la personalidad, no tanto del aspecto físico, en el que los detalles irónicos revelan la opinión de la voz narradora y permiten juzgar al personaje. 

Otro aspecto destacado de la técnica narrativa de Austen es su habilidad para crear diálogos naturales y fluidos. Sus personajes hablan de manera realista y auténtica, lo que les da una sensación de vida y credibilidad. Además, sus diálogos a menudo contienen sutiles matices y dobles sentidos, lo que añade un elemento de intriga y suspenso a la trama.

En resumen, la técnica narrativa de Jane Austen es una de las más influyentes y admiradas en la literatura inglesa. Su habilidad para crear personajes complejos y realistas, así como su capacidad para tejer tramas ingeniosas y llenas de giros inesperados, la convierten en una autora única y atemporal. Sus obras son difícilmente impenetrables para el público moderno. Más de 200 años después siguen siendo accesibles y relevantes. Sus historias no sólo han resistido la prueba del tiempo; han florecido de manera encantadora en contextos modernos. Basta con ver «Clueless» («Ni idea») y «Bridget Jones’s Diary» («El diario de Bridget Jones»).

Aunque Jane Austen nunca llegó a ver una adaptación cinematográfica de sus obras, su legado literario ha sido llevado a la pantalla grande en numerosas ocasiones. Desde la icónica versión de «Orgullo y Prejuicio» protagonizada por Colin Firth en 1995, hasta la más reciente adaptación de «Persuasión» ya disponible en Netflix. Esta versión, dirigida por la veterana del teatro británico Carrie Cracknell y protagonizada por Dakota Johnson como Anne, incluye frases modernas y tropos de la comedia “Fleabag” en un escenario de la época de la Regencia. Es como un aperitivo de Austen, una versión elemental que intenta acelerar el humor y hablarle directamente a la generación Z usando su jerga, o al menos la idea que un ejecutivo de publicidad tiene de cómo suena. Pero algo en su ejecución se siente errado.

Sin embargo, la pregunta que muchos nos hacemos es: ¿cómo se sentiría Jane Austen sobre estas adaptaciones? En sus cartas y escritos personales, Austen dejó en claro su amor por la literatura y su dedicación a la creación de personajes complejos y realistas. Es posible que se sintiera halagada por el hecho de que sus historias hayan sido llevadas a la pantalla grande, pero también es probable que tuviera algunas reservas sobre cómo se han interpretado sus obras.

En cualquier caso, lo que es indudable es que las adaptaciones cinematográficas de las obras de Jane Austen han ayudado a mantener vivo su legado literario y atraer a nuevas generaciones de lectores a sus novelas. A través de la magia del cine, los personajes de Austen cobran vida de una manera única y emocionante, y nos permiten sumergirnos en un mundo de romance, intriga y comedia que sigue siendo relevante hoy en día.

  1. Gentry. En español, la traducción más precisa sería «nobleza
    terrateniente».
    ↩︎
  2. McMaster, Edward Copeland y Juliet. Cambridge Companion to Jane
    Austen.
    2011 . 2a. Edición. ↩︎
  3. Austen, Jane. Persuasion. The Cambridge Edition of the works of Jane
    Austen.
    Cambridge: Cambridge University Press 2013 : s.n. ↩︎
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Una respuesta a «La ironía como recurso literario: Jane Austen»
  1. Avatar de Enid Isáis

    Viktoria-Yocarri analiza cómo Jane Austen domina la ironía para ilustrar las sutilezas de la vida diaria y la complejidad humana. Austen, lejos de ser una típica autora romántica, explora las hipocresías sociales y las tensiones entre las obligaciones y los anhelos personales en sus personajes. Su enfoque innovador en la narrativa femenina y su realismo la destacan como una precursora de la literatura moderna. Los temas de clase y género que aborda siguen vigentes, conectando con preocupaciones actuales sobre la identidad y las relaciones humanas. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones a descubrir su obra.

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  1. Escalofriante artículo que refleja a gritos el infierno de muchas jóvenes que no se atreven a denunciar. 👌